Capítulo 7
Al día siguiente, me tuvo que despertar mi madre porque me dijo que si quería ir al caso del padre de Amanda que se llamaba Cristóbal. Yo le dije que sí con la cabeza y cuando mi madre salió de mi cuarto me levanté y me vestí. Me puse un chándal gris y un jersey amarillo oscuro. De zapatillas me puse unas de deporte Nike. Cuando bajé, desayuné y me fui a lavar los dientes. Cogí mi chaqueta y me fui con mi madre a la comisaría. Cuando llegamos, justo estaba entrando por la otra puerta Amanda y su madre.
Cuando la vi, ella me saludó y yo le devolví el saludo con la mano. Nuestras madres estuvieron hablando un poco sobre el caso y nosotros estuvimos en una sala solos para hablar sobre el caso y las cosas que sabíamos acerca del mismo. Teníamos tres sospechosos principales: el primero era el secretario del padre de Amanda con el que había tenido problemas la noche anterior de crimen, el segundo era su jefe con el que nunca tuvo buena relación, el tercer sospechoso era el hermano de Cristóbal ya que Cristóbal le quitó el trabajo. Le fuimos a decir a mi madre lo que habíamos encontrado y ella nos dijo que si resolvíamos el caso nos contratarían a los dos ya que Amanda también estudiaba esta carrera.
Cuando mi madre nos dijo eso, Amanda y yo estábamos muy felices. Nos despedimos de mi madre y de la de Amanda y nos fuimos a interrogar a nuestro primer sospechoso. Cogimos el coche de Amanda ya que ella ya tenía el carnet de conducir. Cuando llegamos a la empresa de Cristóbal, preguntamos por su secretario y nos señalaron una sala. Mi madre nos dijo que si no nos dejaban entrar a alguna sala, que dijéramos que éramos policías y para que nos creyesen nos dieron unas placas de policías falsas pero que parecían de verdad. Así fue como nos dijeron la sala donde estaba el secretario.
Cuando llegamos a la sala, tocamos la puerta para entrar. Una voz nos dijo que entráramos. Amanda reconoció la voz de Juan el secretario. Él muy amablemente nos preguntó que qué nos traía por allí y nosotros le respondimos que le teníamos que hacer unas preguntas. Cuando le dijimos eso se le cambió la cara y nos dijo que sin problema. Una de las primeras preguntas que le hicimos fue qué había hecho el día anterior sobre las 7 de la tarde. Él nos dijo que estuvo trabajando hasta las nueve. Le creímos porque esa era la jornada de Cristóbal y tenían la misma jornada. La siguiente pregunta me tocó a mi hacerla, se le hizo un poco raro que se la tuviera que escribir pero bueno, la segunda pregunta trataba sobre porqué se pelearon la noche anterior. Él nos dijo que por un tema de la empresa pero que lo arreglaron.
Cuando íbamos por la cuarta pregunta él nos dijo que porqué le hacíamos esas preguntas y nosotros le dijimos que Cristóbal había muerto. A él se le cambio la cara totalmente y nos dimos cuenta de que él era inocente.